viernes, 28 de septiembre de 2012

Luces de bohemia de Ramón del Valle-Inclán

Luces de bohemia pertenece al escalón dorado de la literatura española. Valle-Inclán, uno de los principales representantes del modernismo en prosa español, parió con esta obra una nueva forma de mirar la realidad desde la literatura: el esperpento. Un teatro entre la queja social y política, la deformación de los personajes, en el fondo desengañados, y gusto por lo ridículo y grotesco del ser humano; y sin embargo, con clara voluntad de estilo y afán por transmitir belleza en su prosa. Desde que Goya inventara con sus pinturas esa forma de mirar la realidad, se han sucedido obras que han repetido enfoque. Una de las que mejor ha sabido recoger el espíritu del maestro, pues es una de las novelas españolas más importantes de lo que llevamos de siglo XXI, es Las máscaras del héroe, de Juan Manuel de Prada. Pero Luces de bohemia es la cumbre a imitar de un género situado entre la genialidad y la locura.

Comentarios de cine: Take Shelter de Jeff Nichols


El Séptimo Arte es uno de los grandes mitos realizados por el hombre del siglo XX, y es ahora, en los albores del XXI, cuando la epopeya cinematográfica sigue creciendo y haciendo historia. Según leemos en las crónicas especializadas, la edad dorada del cine es agua pasada; y quizá así sea, pero por muy sórdida que sea una época determinada siempre acaban brotando frutos llamados a perdurar en el tiempo. Hoy el altavoz mediático permite una mayor difusión de cine en todo el mundo, pues su alcance geográfico es casi planetario y es acogido por cualquier clase de personas, sin discriminación de tipo económico o cultural. No obstante, al igual que supone una oportunidad para dar a conocer gran cantidad de obras, también supone que la mayoría de éstas sepulten, bajo el peso de su mediocridad, las joyas que nos tienen reservados estos días.

Y en estos días hallamos, arrinconadas por el ruido mediático, obras maestras que continúan forjando el mito del cine (historias ficticias que condensan de modo admirable alguna realidad humana de significación universal). Por eso, con la idea de elaborar un futuro libro sobre grandes y olvidadas películas, abro una nueva carpeta de cine en La Cueva con una obra maestra contemporánea que me dejó absolutamente fascinado: Take Shelter (Jeff Nichols, 2011).

martes, 4 de septiembre de 2012

El exorcista de William Peter Blatty

El exorcista apareció en el paisaje literario hace ya cuatro décadas (1972), y pronto vendió millones de copias, erigiéndose inmediatamente en un clásico del género de suspense y terror. Éxito de escándalo al que contribuyó la terrorífica película de William Friedkin, que supuso todo un bombazo cinematográfico y conmocionó a público de todo el mundo que acudía a las salas a ver la proyección de la película. De hecho, el autor de la novela, William Peter Blatty se inspiró en un hecho real para contar una obra verdaderamente asombrosa, de la que se puede decir que su progenitor seguramente estuvo iluminado a la hora de escribirla.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Las Horas Oscuras de Juan Francisco Ferrándiz

Las horas oscuras es un libro excelente (pues cumple como pasatiempo y su mensaje es edificante) que desgraciadamente —intuyo— no ha tenido la repercusión que merece. Juan Francisco Ferrándiz tiene que lidiar, desde que su obra apareciera publicada en mayo (2012), con el denso mundo editorial español y con el ridículo número de personas que lee algo que merezca la pena. Y en esta ocasión, esta novela histórica con sabor a El nombre de la rosa de Umberto Eco, merece ser leída.

300 de Frank Miller

La palabra 300 remite, a nivel popular y solo dentro del segmento que ve el cine de masas, a una película arrebatadora visualmente y acicate de la fiebre del gimnasio que contagia de manera ridícula a varias generaciones, una moda como otra cualquiera que consiste en prometer, por unos pechos definidos y unos biceps hiperdesarrollados, un éxito social inmediato. La mentalidad del hombre es así de primitiva, y no parece que haya progresado mucho con sus diferentes intentos de comprar la felicidad. Zack Snyder, el director, adaptó su obra del cómic de Frank Miller del mismo nombre, menos exhibicionista del músculo que la cinta pero igual de brutal. Una versión libre de la batalla de las Termópilas que al menos divulgó entre la plebe el nombre de los espartanos y su rey Leónidas.

La esperada de Kathleen McGowan

La esperada es una novela histórica que nació al calor del fenómeno literario El código da vinci de Dan Brown (2006), y que aprovecha igualmente el pasado para presentar de manera tergiversada pasajes religiosos oscuros o ignorados. Esta corriente mediática tiene un objetivo fundamental además de hacer dinero a partir de una mentira: desprestigiar la religión cristiana. Algunos dirán que en una novela el autor puede fabular lo que quiera. En realidad, hay dos clases de novela histórica. Una no es demasiado ética. Pues es un fraude hacer de un personaje histórico (en este caso María Magdalena) una figura falsa y presentarla como verdadera e histórica. Bien es cierto que allá cada cual si desea creer como dogma de fe lo que lea en algunas novelas, pero también es cierto que Kathleen McGowan ha escrito con La esperada una obra fraudulenta, como el falaz documental Zeitgeist, y tantos otros libelos de signo heterodoxo que juegan con la credulidad del lector y en el fondo le toman el pelo.

La biblioteca de los muertos de Glenn Cooper

¿Qué convierte a un libro en best seller cuando su valor literario es escaso? La verdad es que cada vez más me voy volviendo reacio a los libros de actualidad, esos que aparecen, lucen en un escaparate unos meses, y son olvidados al poco; la literatura, al igual que parte del cine, también puede disfrutarse sin pretensiones. Pero eso los reduce a simple evasión, al placebo que consumen millones de personas creyendo que de esta manera toman algo de verdadera enjundia. Al menos leen, aseguran. Pero si lo que leo es calcinado en mi cabeza inmediatamente después de ser leído, es como si el fin último de alimentarse fuera cagar.

La Celestina de Fernando de Rojas

La Celestina de Fernando de Rojas es una obra cumbre de la literatura universal. Para mi gusto, el clásico español está a la altura del mismísimo Don Quijote de la Mancha. No en balde lo consideró Cervantes «un libro divino si encubriera más lo humano». Y no le faltaba razón al genio castellano, porque La Celestina conjuga un tema universal —seguramente el mayor de todos— con la exposición de la condición humana de manera admirable y unos caracteres individuales profundísimos. Esta obra precipitó, con letras de oro, la época creativa más importante de España, los casi dos siglos que abarcan el Siglo de Oro. Será pues un honor glosar esta cumbre de la literatura.