miércoles, 22 de mayo de 2013

Salem's Lot de Stephen King

No soy un gran seguidor de la obra de Stephen King, al menos no lo he sido hasta ahora. También es cierto que Cell —la última novela que leí suya— me pareció tan infumable que enfrió mi ánimo de estudiar más adelante la obra de este famoso escritor. Hace unas semanas, a partir de otro relato de vampiros (La muerta enamorada), me animé a leer el clásico sobre el género de Stephen King, Salem's Lot. Y me ha gustado bastante. Es literatura popular, que cumple su función perfectamente, y a la que no le quito ningún mérito porque tiene grandes valores literarios. Además, he creído entender por dónde le viene el éxito a este autor tan prolífico e imaginativo: personajes mundanos y jodidos, prosa sencilla y directa, y tramas muy entretenidas donde se mezclan la tensión y las sorpresas. Simplificando mucho algo que es muy complejo. No obstante, si a este señor se le puede considerar un genio, no es por ninguna de las razones anteriores. A mi modo de ver, Stephen King es un estudioso del miedo, y donde sobresale es en su capacidad para horadar las tinieblas y volver, sin haber enloquecido, para contarnos algo que valga la pena. O dicho de otra forma: destaca por su clarividencia para ver más y mejor que los demás en los intestinos de esa emoción básica llamada miedo.

La muerta enamorada de Théophile Gautier


La muerta enamorada es un relato gótico escrito en el siglo XIX por Théophile Gautier, y uno de los primeros en tratar el fenómeno vampírico, que había encontrado en el romanticismo literario un mecenas poderoso. La literatura romántica me suele gustar más que la costumbrista, o menos, según los casos; pues siempre prefiero referirme a cada obra de manera independiente. Este desconocido clásico del género, considerado por Baudelaire la obra maestra de su autor, es una lectura sabrosa para cualquier hora de la noche. El motivo es típico, una bella mujer —quizá demasiado—  sorbe el seso de un sacerdote rural y desea su caída. La tentación es tan grande para cualquier varón que Gautier describe muy bien esa lucha interior del párroco, su batalla espiritual, su angustia psicológica. 

Duce! Duce! Auge y caída de Benito Mussolini, de Richard Collier

Benito Mussolini es una figura clave en la Europa del siglo XX. Fundador del Partido Fascista, es sin embargo un personaje ensombrecido por figuras como Hitler o Stalin. La época, fascinante y terrible a partes iguales, fue políticamente el siglo del comunismo y de sus adversarios. El diferente tratamiento de unos y de otros en la actualidad se debe a que unos salieron vencedores de la Segunda Guerra Mundial, y otros perdedores. No hay mayor misterio. Por eso unos todavía conservan un importante poder de seducción, y los otros son la personificación del mal. Sin embargo, Mussolini fue un personaje respetado profundamente por las democracias de su época, que veían en él a un líder capaz de detener el gran mal que corrompía las naciones: el comunismo. Hoy figura desconocida fuera de su país, provocó admiración en muchos hombres de su época (entre ellos Gandhi) y llevó a Italia a la ruina. Ésta biografía de Richard Collier es un espléndido relato de este polémico personaje. 

jueves, 9 de mayo de 2013

Madame Bovary de Gustav Flaubert

El libro más importante de Gustave Flaubert, y obra cumbre del realismo literario francés, es Madame Bovary (1857).  Considerada obra maestra, y con riqueza suficiente para merecer ese elogio, a mí sin embargo no me enloquece. La historia es muy buena, el personaje de Emma inmenso, y el estilo de Flaubert virtuoso e impecable. Técnicamente, es cierto, adivino que ésta es una maravilla narrativa, construida por un artesano del lenguaje. Con descripciones precisas y magistrales. Pero hay algo que no me enamora de ella, y como no me apasiona especialmente no voy a hacer el esfuerzo por averiguar qué me disgusta o por qué no me acaba de conquistar. Quizá siento que la historia se diluye entre la perfección lingüística. O es que no me atrae en absoluto el personaje de Emma. Sea como fuere, Madame Bovary es una obra magistral. Así pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.

Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, de Nicholas Carr

Hace años que tengo pendiente este libro. Desde que terminé el máster he venido recordando asiduamente este estudio con sobrenombre tan interesante. De hecho ya lo traté en los estudios de posgrado, pero no le había hincado el diente hasta esta semana. Lo cierto es que mis inquietudes, y también mis lecturas actuales, nada tienen que ver con mis estudios superiores, y por eso no creo que vuelva a traer libros a La Cueva sobre actualidad tecnológica o el mundo de Internet, salvo que verdaderamente me parezcan relevantes. Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes, además, me ha decepcionado bastante. No he encontrado un estudio brillante sobre la materia, y las conclusiones del mismo las podría haber firmado tranquilamente Perogrullo. O, siendo un poco más amable con Nicholas Carr, lo que tenía que decir en este trabajo lo podría haber solventado, con espacio de sobra, en un artículo. 

sábado, 4 de mayo de 2013

Los persas de Esquilo


Hace años, en la universidad, un profesor mío de filosofía afirmó que los antiguos griegos no eran una nación, y argumentó en defensa de su tesis que éstos lucharon entre sí. Yo le respondí algo que ya no recuerdo, pero no le vino bien y zanjó la cuestión (eso es espíritu universitario). Desde luego no sabía de lo que hablaba. Es evidente que el concepto moderno de nación es posterior a aquellos tiempos, pero que entre los griegos había una identidad común es indudable. Por otro lado, tratar de negar esto con la excusa de que se hacían la guerra mutuamente es una burla. ¿Qué son pues las guerras civiles? ¿Dejan por eso de ser una comunidad bien identificada por ellos mismos y por los extranjeros? La literatura clásica es contundente al respecto. Pues en la primera tragedia del gran Esquilo (Los persas), los orientales, al frente del rey Jerjes, no tuvieron ninguna duda de a qué pueblo se habían enfrentado.